Sandra Fernández "priorizar el bienestar a cualquier resultado de la gimnasta"
Esta es una de las entrevistas más especiales que he hecho hasta ahora, quizá porque la persona entrevistada fue una de las primeras gimnastas que se formaron en Pozuelo o quizá porque es mi amiga desde hace 25 años, la cuestión es que poder compartir la experiencia deportiva de Sandra es todo un regalo. Practicó este bello deporte durante 12 años, y los dos últimos formó parte del Equipo Nacional.
Actualmente es Funcionaria de la Administración de Justicia.
Si quieres saber un poquito más de su trayectoria en la gimnasia, aquí tenéis su entrevista.
¿Qué fue lo que te enganchó a este deporte?
Creo que lo que me enganchó de la Gimnasia fue que desde el principio me resultó muy divertida de practicar, sobre todo su parte más acrobática, de estar tan pronto boca abajo como boca arriba, colgada o sin manos, de hacer cosas que en la vida normal no se pueden hacer, de experimentar, lo más parecido a volar, sumado al poder compartir todas esas experiencias con amigas geniales que con el tiempo se convirtieron prácticamente en mi familia.
Empezaste con 5 años a hacer gimnasia en el CGA Pozuelo, ¿Con qué edad comenzaste a entrenar como gimnasta de alto rendimiento? ¿Qué supuso para ti este cambio?
Comencé a entrenar en alto rendimiento a los 14 años. Aquello supuso un cambio radical en mi vida ya que implicó, para empezar, hacer las maletas y dejar mi casa y familia para empezar a vivir en el piso donde, en aquella época, se encontraban en concentración permanente las chicas del equipo de Gimnasia Artística. Además tuve que cambiar de instituto a uno adaptado a deportistas de alto rendimiento y por supuesto dejar de entrenar a diario en el CGA Pozuelo, separándome así de mis compañeras y de mi entrenadora de toda la vida.
Comencé a compaginar ocho horas de entrenamiento diarias con unas cinco horas de clases y a vivir por y para la gimnasia. Pese a todos esos cambios, aquel momento lo viví con mucha ilusión y energía, el hecho de que me seleccionaran para tener una mayor proyección, de reconocer mi trabajo y esfuerzo, que de alguna manera vieran en mí condiciones para el alto rendimiento, me hizo sentir orgullosa de mi misma y contenta por las oportunidades que podían venir.
¿Cómo describirías tu etapa como gimnasta de alto rendimiento?
Lamentablemente tengo que decir que mi etapa como gimnasta de alto rendimiento no resultó ser lo bonita que yo esperaba, me mataba a entrenar y mi progresión nunca llegó a ser la esperada ni tampoco mis resultados. Lo cierto es que tuve varias lesiones bastante graves que me tuvieron mucho tiempo parada sin poder entrenar, alguna por accidente, pero la mayoría por forzar más de lo debido tras diferentes episodios de dolor: arrancamiento del trocanter menor de la cadera derecha por acortamiento del psoas, fractura del maleolo interno del pie derecho y una fisura en el cuarto metatarso del pie. Estuve mucho tiempo entrenando lesionada, todo esto sumado a la alta exigencia de los entrenamientos, a la presión de la competición, a la falta de comunicación, comprensión y cualquier tipo de apoyo por parte de los que entonces eran mis entrenadores. La falta de un apoyo psicológico ajustado a las necesidades que yo tenía, al igual que deportistas de élite de mi edad, hizo que gimnásticamente me estancase, perdiese toda mi fuerza y dejase de confiar en mi misma y en mi gimnasia.
¿Qué provocó tu retirada? ¿Cómo viviste ese momento?
Con 16 años, un mal día, después de llevar cerca de dos meses entrenando con dolor, haciendo una serie de suelo como las que hacía todos los días, me fracturé el pie derecho. La recuperación de esa lesión coincidió con una concentración del equipo en la isla de Palma de Mallorca, fue allí donde al no seguir el ritmo de mi recuperación lo suficientemente rápido para los que eran mis entrenadores, y tras un día entero de una muy dura preparación física (a modo de castigo), sumado al desgaste físico y psicológico que yo arrastraba y al entender que no tenía sentido seguir trabajando para nada, tomé la decisión de dejar la gimnasia y con ella todo mi mundo conocido.
Ese momento sinceramente fue duro, fue como si algo o alguien que es muy importante para ti desaparece de la noche a la mañana de tu vida y como empezar de cero en un mundo que aún, con 16 años, me resultaba del todo desconocido, e intentar compartir con personas que habían vivido experiencias completamente diferentes a las tuyas, con las complicaciones normales de una adolescente.
¿Crees que es importante que el técnico de gimnasia adquiera herramientas psicológicas para desarrollar bien su labor profesional?
Creo que es fundamental tanto para conseguir ser una gran gimnasta como para llegar a ser una mujer realizada en el futuro, sobre todo porque la gimnasia, por su elevada exigencia, obliga a empezar a trabajar bastante en serio a una edad muy temprana en la que todavía no se está formado, eso hace que sea todavía mas delicado ese trabajo psicológico. La forma en que esas niñas y niños aprendan a tratarse y a vivenciar las experiencias va a depender de la lectura que se les enseñe a hacer de cada circunstancia desde pequeños.
¿Qué cualidades de un entrenador/a consideras más importantes?
Creo que para empezar, en toda relación entrenador-gimnasta debe haber confianza y comunicación, el entrenador, además de los conocimientos técnicos necesarios, debe ser cercano y accesible, paciente, mantener la calma en situaciones de tensión y tener las herramientas suficientes para saber trabajar con diferentes perfiles de persona y caracteres, saber como estimular y motivar a cada uno y sobre todo priorizar el bienestar de la persona a cualquier objetivo de la gimnasta.
¿Qué valores te ha aportado el CGA Pozuelo para tu vida actual?
El CGA Pozuelo para empezar me aportó la infancia mas bonita que puede tener una niña con una familia de amigas increíbles. Me aportó además valores como el trabajo, la disciplina, la constancia, el esfuerzo, la amistad, el compañerismo y la dedicación. Todos ellos me han resultado muy útiles para alcanzar los objetivos que me he ido proponiendo a lo largo de mi vida.